Lámparas de escritorio

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Al igual que nuestro colchón o nuestro televisor, la compra de una lámpara de escritorio no es un acto trivial dictado por la inspiración y el deseo del momento. En la era del trabajo en casa, este objeto ergonómico debe contribuir al bienestar en el entorno profesional y a la salud visual. Así pues, para trabajar con total serenidad y en condiciones óptimas de confort, es importante tener en cuenta varios criterios antes de adquirir uno.

Combinar estilo y comodidad con una lámpara de escritorio

Accesorio de estilo en nuestra actividad diaria, debemos considerar primero el uso que pretendemos darle: ¿un elemento decorativo en un rincón del salón, del mismo color que el sofá, o más bien el equipo perfecto para un diseñador profesional? Se proponen varios diseños desde el punto de vista puramente estético, pero es preferible tener uno que se adapte a nuestras necesidades, y a nuestra comodidad visual, y que se pueda manipular como queramos: con un brazo flexible, de altura regulable, y equipado con una base bien equilibrada, un regulador de intensidad y una buena longitud de cable de alimentación. Los mejores modelos son los que están bien articulados, no desordenan el espacio de trabajo y son los adecuados para leer, escribir o dibujar.

Lámparas de escritorio: iluminación y salud ocular

Para no dañar nuestros ojos, siempre es recomendable tener una lámpara de escritorio además de la iluminación general. Dependiendo de la actividad: para dibujar, para mirar los detalles más pequeños, o para leer y escribir, se debe elegir la fuente de luz adecuada: fluorescente, halógena, LED o lámpara incandescente. Sin embargo, es preferible elegir una lámpara con un haz de luz no demasiado deslumbrante y utilizarla siempre con iluminación de techo para evitar el contraste de la luz con la oscuridad, muy perjudicial para la salud visual. Tampoco es aconsejable mirar la pantalla del ordenador, sin una lámpara de escritorio cerca, para evitar dañar la retina y perturbar el sueño.

Diferentes modelos de lámparas de escritorio

La lámpara LED es el mejor producto que existe actualmente en el mercado, ya que es el más ecológico y económico, con una iluminación precisa, pero a un precio bastante elevado. Menos económica que la lámpara LED, la lámpara halógena se recomienda para las profesiones especializadas, ya que reproduce los colores con precisión. La lámpara fluorescente es más económica que la halógena y proporciona una luz muy potente cuando alcanza su máxima intensidad.

Más allá del aspecto decorativo, una lámpara de escritorio debe ofrecer toda la funcionalidad necesaria y proporcionar una iluminación funcional adecuada a nuestro entorno de trabajo y a la salud ocular. Dado que la vista y la necesidad de luz varían con la edad, la lámpara debe elegirse teniendo en cuenta al usuario. Siempre que sea posible, se debe buscar asesoramiento profesional.